miércoles, 30 de septiembre de 2009

Mujeres

Con tan impactante título quiero hacer notar el largo camino que se ha recorrido en el mundo ferroviario. Cuando las primeras compañías de ferrocarril empezaron a necesitar gente el puesto de guarda barreras (guardesa), siempre que fuera una barrera con poco tráfico. estaba destinado a ser cubierto por una mujer, la cual era la que vivía en la casilla con su marido o familiar, el cual también era empleado de ferrocarril, y habitualmente se encargaba del mantenimiento y/o inspección de un tramo de vía asignado. A la mujer se le pagaba muy poco dinero ya que según se establecía en su contrato, su misión era atender la barrera cuando pasara un tren y el resto del tiempo se podía ocupar de sus quehaceres. Se le permitía incluso el poder ir a hacer recados (compras, visitas, etc), pero siempre con la condición de que dejara a alguien al cuidado de la casilla, por si acaso. Si la barrera tenía mucha circulación, el puesto era para un hombre. En los papeles de los archivos de estas compañías, es curioso que, a veces, cuando se hace mención a estas mujeres en vez de citarlas por el nombre y apellidos, se le cita como la mujer de ... (y se pone el nombre del marido).
La compañía del Norte inició la contratación de mujeres para labores administrativas, empezando a pagarles un sueldo bajo, hasta que demostraron su valía siendo entonces cuando lograron unos sueldos adecuados.
Hoy en la actualidad hay mujeres en cualquier campo del mundo ferroviario, maquinistas, factores de circulación, etc.